Acá estoy nuevamente, después de unos cuantos días. Para contarles en esta oportunidad, una experiencia plena de riqueza, llena de esperanzas y pletórica de satisfacciones.
En nuestra institución estamos reuniéndonos, estudiando y trabajando de qué modo hacer menos traumático el paso de los alumnos desde el ámbito del Jardín de Infantes hacia la Escuela Primaria. Y todo el Primer Ciclo (primero, segundo y tercer grado), tenemos planificadas actividades que se desarrollarán a lo largo del año escolar.
En esta semana hemos recibido la invitación de la docente y los alumnos de la Sala de Cinco Años del Jardín de Infantes vecino a nuestra institución, el Jardín de Infantes Francisco Benchetrit. En la misma, nos invitaban a participar del Proyecto que viene llevando adelante la docente con sus alumnos sobre los Derechos del Niño y la Familia. Un interesante abordaje que abre un abanico de nuevas posibilidades educativas, comunicacionales y cognitivas para nosotros como docentes y para nuestros alumnos en particular.
Fue una jornada de intercambio, donde los alumnos “volvían” a la sala de cinco por la cual habían pasado el año anterior, con la mismo “seño Delfina”, con su patio, con sus mesas y sillas pequeñas… tanto cambio, desde el mobiliario al orden y organización de la sala. Un detalle no menor: llegaron, los chicos de sala de cinco los estaban esperando con la señorita quien los invitó a sentarse, y vaya sorpresa ¿en qué lugar? El que les correspondía: volvieron a sus viejos lugares. Al que habían ocupado cuando asistían al jardín.
La visita fue todo un éxito, los chicos pudieron participar y compartir un momento de enseñanza-aprendizaje muy importante. Los chicos de la sala cinco dibujaban y los de primero (se sentían más grandes…) escribían, leían, comentaban…
Para finalizar, entre todos realizaron dibujos en afiches con diferentes técnicas: lápices crayón, tiza humedecida, fibrones, lápices de colores, fibras, papel recortado, etc. Cada alumno luego de poner en claro un derecho de los niños, dibujaba en el afiche compartiendo con los demás.
La jornada concluyó con el clásico recreo en el patio del Jardín. Volvieron los de primer grado a sus antiguos juegos, hamacas, tubos, trepadores, gomas, arenero… Increíble el entusiasmo.
Como en todo buen encuentro que se precie, teníamos la cámara digital a mano para tomar fotos. Al día siguiente y ya en el grado, la visita fue motivo de diálogo y reflexión para todos. Hasta que surgió la pregunta:
-¿y profe? ¿Cuándo vamos a ver las fotos?
-Acá las tengo, en el pendrive…
-te digo que Cuándo las vemos no Dónde la tenés…
-Está bien, está bien… pero, qué les parece la idea de que las veamos con los chicos del Jardín?
-Siiiii!!!!
-Bueno, pero para eso los tenemos que invitar. Y si hacemos una invitación?
Allí pusimos manos a la obra. Fue todo un día trabajando en qué es una invitación, cómo hacemos para poner un encabezado, ¿le podemos hacer un dibujito? ¿Y qué debe decir? Muchos cuestionamientos que fueron dándole respuesta a lo largo de la clase. Todos aportaron. Primero un trabajo colectivo en el pizarrón donde uno escribía y los demás dictaban. Pasaron varios alumnos hasta completar el texto. Luego fue momento de plasmarlo en el papel. Allí la creatividad de los chicos fue puesta en todo su esplendor. Quien más quien menos, todos querían que “les quedara linda”, obvio, así salió.
Después del fin de semana, ya en día lunes estaban todos expectantes esperando la visita de los chicos del jardín.
Cabe acotar que nosotros comenzamos la jornada a las 8 y 30 hs y los chicos del jardín recién llegan a las 9 y 30, motivo por el cual la expectativa crecía al ritmo de los minutos…
-Profe, no vienen…
-ya van a venir, no se impacienten… esperemos después del recreo.
Habíamos preparado el lugar en la Sala Multimedia de la escuela, con una computadora y el proyector para ver las fotos “a lo grande”. Hasta que por fin llegó el momento.
Los niños del jardín llegaban con su seño. Caras de curiosidad algunos, caras de susto otras, los más asombrados, porque a pesar de estar al lado, aún no conocían la institución. Los chicos de primero con la seño Marta (la profe de Educación Física) los estaba esperando en el pasillo y cantaban un coro de bienvenida.
Allí fue el show de fotos. Que una actividad tan simple guarde tantos recursos educativos. Emoción, risas, reflexión, poner de manifiesto una emoción. Rememorar la tarea realizada, encontrarnos en la foto. Ubicarnos en el tiempo y en el espacio. Comunicarnos.
No debo olvidarme porque sería imperdonable: en todo este relato estuvo acompañando y guiando(me) la docente de apoyo para el primer ciclo Marta Ferreyra, a quien le estoy muy agradecido. Descuento por supuesto el apoyo recibido en todo momento por el personal directivo que acompaña nuestro accionar en la institución sin cuya ayuda y apoyo hoy no estaría comunicándome con ustedes a través de este blog.
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